martes, 16 de enero de 2018

Adolfo Berón - PARA GARDEL


Adolfo Berón
PARA GARDEL

Día a día. invariablemente. manos anónimas recubren de flores el definitivo recinto en que yace, dolorosamente sofocada -no apagada-, la voz de Carlos Gardel. A pocos artistas suele evocarse con tanta espontaneidad perdurable. Su retrato, con la sonrisa ancha y conquistadora, y el chambergo ladeado en un esguince de tango del novecientos, está allí, a la vista, en muchos sitios de su Buenos Aires, o en el campo argentino de sus estilos y milongas. Se lo descubre sobre el estañado mostrador de algún café de suburbio, galardoneando el humildequioscode cigarrillos,o presidiendo,
como un ídolo, la cabecera de los lechos adolescentes en los pobres ranchos de la pampa. Los turistas suelen verlos en París, Londres, Madrid, Nueva York, como si fuera el de un fetiche gaucho. La admiración que Carlos Gardel supo ganarse en el corazón del pueblo es casi tan inverosímil que hoy, a veinticinco años de su trágica muerte, es el suyo un recuerdo aureolado
de leyenda. La gente lo sigue escuchando, lo sigue queriendo y aun hay quienes, en tanto trance de evocarlo emotivamente, lo sigue viendo con los ojos del espíritu, corporizándo!o en un trasmundo austral. Todo fué posible para Gardel. Todo será aún posible para él. Muchos trataron de imitarlo; nadie ha podido igualarlo ni reemplazarlo. En el plano de lo insondable, mantiene triunfalmente su cetro indiscutido y sin cotejo factible. Su inspiración, lejos de desvanecerse bajo el fatal peso
de la cronología, prosigue dispersándose y acrecentando emociones y adeptos. Carlos Gardel vive ahora más que nunca, con la única vida inextinguible: la de la presencia inmaterial.
Gardel legó una lección magistral. Se impuso, su personalidad avasallante fue, naturalmente, porque disponía de asombrosos medios de expresión, los más amplios y completos que se han presentado hasta ahora en un mismo cantor. Pero esto no hubiera bastado para configurar la apoteosis en que encendió su nombre de fábula. El gran secreto de Carlos Gardel fué que supo hablar el auténtico lenguaje de la sensibilidad popular. Manejó, como ninguno, una gramática interpretativa simple y de profundas proyecciones. Leyendo, viviendo y cantando lo que en el fondo de las almas pugnaba por revelar su misterio en la musical poesía ciudadana, puso al alcance de todos un idioma mediante el cual
nadie deja de entenderse. El tango tómase puro sentimiento, un sentimiento por cierto nada flácida, por cuanto está hecho del dolor del hombre, de la magnitud dramática del amor o de la alegría imaginativa de un pueblo que quiere y desea afirmarse en el canto popular, porque sabe que el canto popular es forma esencial para definir la tonalidad creadora de la vida.
Entre los artistas que aprendieron la lección de Carlos Gardel figura, claro está, Adolfo Berón. Berón, con las vibrantes cuerdas de su guitarra, de esa guitarra justificadamente llamada "La Guitarra del Tango", ha sabido también comunicarse con el pueblo, como quería Carlos Gardel. Lo hace sin palabras, con la sola guapeza sonora de su instrumento y de su conjunto.
Lo hace empleando procedimientos distintos, sin la efusión de la dinámica del ritmo. Berón, más que
hacer vibrar cuerdas, hace estremecer fibras emocionales. De la caja de su guitarra no se desprenden solamente notas, sino impulsos de entrañas íntimas, los latidos rudos del tango, que compadrea señorialmente sabiéndose sin rival. Algo hay, pues, de común entre Gardel y Berón, como siempre hay algo de común entre los verdaderos artistas, cualquiera que sea la jerarquía o la distancia que los una o los aleje en la apreciación y en el espacio.
Esto que hay de común, en este caso, entre Gardel y Berón es, precisamente. lo que confiere  carácter especial al presente "Long-Play", con el cual Adolfo Berón, con el gratísimo auspicio de "MUSIC HALL", rinde un propicio homenaje al máximo cantor nuestro, ofreciendo con su estilo inconfundible, y también, inimitable, una selección de las más aplaudidas páginas originales, igualmente inconfundibles e inimitables, de Carlos Gardel.
Adolfo Berón, el triunfador espectacular de los últimos tiempos, la más reciente sensación del mundo discográfico. el intérprete en torno del cual se ciernen apasionadas oleadas de aplausos Y¿por qué no decirlo? también de controversias, ha elaborado empeñosamente estas versiones conmovedoramente dedicadas a Gardel, para que ellas constituyan un tributo digno de la
inolvidable personalidad evocada. Y aun más. Ha incluído, como primicia, su "Cuatro notas a Gardel", que no es una simple composición de homenaje. Es el diálogo de Berón con Gardel, a través de la emoción, del respeto, del cariño y del tiempo. Con sus cuatro modestas notas, ha sabido resumir la admiración y la gratitud que todos deseamos expresar hacia Gardel.
Este "Long-Play" sale de las prensas de "MUSIC HALL" hacia muy distintos rumbos. No habrá ninguno
en que, a su paso, no halle a un devoto de Carlos Gardel. De esto cabe tener certeza. A más de un cuarto de siglo de la tragedia aérea de Medellín, una guitarra argentina y de América sacude su bordona para dar fervoroso y reverencial acompañamiento al recuerdo de la voz que jamás dejará de cantar.
JUAN RIBAS.

Adolfo Berón
PARA GARDEL
MUSIC HALL 12115

01. MANO A MANO (Tango) - Carlos Gardel, J. Razzano, C. Flores
02. VOLVER (Tango) - Carlos Gardel, Alfredo Le Pera
03. GUITARRA MIA (Estilo) - Carlos Gardel, Alfredo Le Pera
04. POBRE GALLO BATARAZ (Tango) - Carlos Gardel, J. Razzano, A. Herschel
05. MI BUENOS AIRES QUERIDO (Tango) - Carlos Gardel, Alfredo Le Pera
06. AY, AURORA (Vals) - Carlos Gardel, José Razzano
07. SilENCIO (Tango) - Carlos Gardel, H. Pettorosi, Alfredo Le Pera
08. MELODIA DE ARRABAL (Tango) - Carlos Gardel, Alfredo Le Pera, M. Battistela
09. TOMO Y OBLIGO (Tango) - Carlos Gardel, M. Romero
10. AUSENCIA (Vals) - Carlos Gardel, José Razzano, Francisco N. Bianco
11. VOLVIO UNA NOCHE (Tango) - Carlos Gardel, Alfredo Le Pera
12. SOL TROPICAL (Rumba) - T. Tucci, Alfredo Le Pera
13. MEDALLITA DE LA SUERTE (Tango) - Carlos Gardel, José Razzano, J. Battistela
14. CUATRO NOTAS A GARDEL (Tango) - Adolfo Berón, V. Demarco


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