martes, 16 de enero de 2018

Adolfo Berón - CONCIERTO DE CAFETIN


Adolfo Berón
CONCIERTO DE CAFETIN


Cafetín de antes... Luz macilenta recortando los perfiles siempre iguales de las sombras inmóviles... Hombres. Hombres iguales como fundidos en la misma matriz arrabalera, en el mismo piante mistongo de naipe, copa, tango, barrio y madrugada...
Cafetín de antes... Templo de la noche donde se junta el sudor cansado de la estiba, la tregua de un carrero prepotente y la estampa del high life que tiene centro y que alguna vez se sintió guapo llevándose una mina de arrebato... Cita impostergable de todas las noches, tregua obligada del duro jornal a un par de mango, donde la copa canjea decepciones, donde los sueños se hacen percal en la cintura y real de una Mireya, reina de la fiesta negra y "trompa" de un bulín que espera la sonrisa de una dueña...
Allí llegaba a todas las noches ese hombre... Allí recargada con su andar sigiloso, su contoneo acompasado, lento el movimiento, como si nunca quisiera denunciar su llegada... Era igual a los otros, su sombra se confundía con la misma sombras, con la misma manera de acomodarse a la negra mesa, con la misma manera de llevar la copa a los labios y prolongar su pitada interminable de fumador absorto.... Pero algo distinto se escapaba de su cara, de sus mejillas enjuntas, de esa nariz aguileña y transparente, de esa palidez de talco y luna... Había algo más detrás de esos ojos de noche, detrás de esos movimientos reposados, de esas manos inmensamente blancas y de esos de dos alargados que siempre buscaban un toque más en el nudo irreprochable de su lengue compadrito... Pocas veces lo oyeron hablar. Tal vez nunca. Apenas la cordialidad de ese alemán amistoso y elegante. Apenas esa sonrisa neutra e inexpresiva. Apenas el movimiento autómata de ese pulgar rebotando en el ala de su gacho gris para acomodarlo en la nuca... Después las manos tanteando en el fondo de la caja negra. Y al cabo la guitarra. Al cabo, el instrumento lustroso adornando su figura, metiéndose en su haber que ada anatomía. La zurda tanteando en el diapasón la primera finta de un acorde, la derecha purgando cerca de la boca oscura, el oído alerta, la mirada perdida en el vacío... Ahora el clavijero, afinando, afinando, en el preludio musical que ya invoca la urgencia de un silencio. Un silencio que se meten en la rueda, que se hace carne en la sombra, que los va juntando hasta convertirlas en una sola sombra. En esa complicidad sorda que no necesita palabras, donde sólo alienta el misterioso piante de vivir una misma vida, de creer en las mismas cosas, de soñar los mismo metejones, de sufrir la misma desesperanzas.


Adolfo Berón
CONCIERTO DE CAFETIN
Music Hall 716

01. A MEDIA LUNA - tango - Donato, Lenzi
02. EN UNA ALDEA DE ESPAÑA - vals - Lewis, Young, Wayne
03. AQUEL TAPADO DE ARMIÑO - tango - Delfino, Romero
04. SILUETA PORTEÑA - milonga - Cúccaro, Cúccaro, D'Aniello, Noli
05. EL MOTIVO - tango - Cobián, Contursi
06. RONDA DE ENSUEÑO (Aquel vals)  - vals - Capablanca, Forbac
07. LA CASITA DE MIS VIEJOS - Cobián, Cadícamo
08. ESTRELLITA FELIZ - vals - Berón, de Marco
09. YA NO CANTAS CHINGOLO - Bianchi, Scatasso
10. TE VAS MILONGA - milonga - Ochoa, Fleury
11. VIRGEN DE GUADALUPE - tango - D.R.
12. PUENTECITO DE MI RIO - vals - Tormo, Canales, Buenaventura Luna

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