jueves, 19 de abril de 2012

Waldo de los Ríos - SEGUIMOS BAILANDO FOLKLORE?




Seguimos bailando folklore?

La invitación nos llega con la proyección de un tiempo feliz. Tiene el perfume y la dulce añoranza de la antigua vida provinciana. Y es como si se renovaran en nuestros oídos las notas de una zamba o de una chacarera, mientras nuestros ojos se extasían ante las vueltas o esquinas, travesías o giros que trazan los bailarines, arquitectura sobre la que asienta la elegancia, la gracia y la intención de nuestras danzas. Es eso, precisamente, su rítmica, su melodía y su sentido lo que provee de una sustentación espiritual al repertorio tradicional argentino.
Waldo de los Ríos, artista que siente la honda palpitación de lo telúrico, vuelve a tomar contacto con esas manifestaciones que tan bien representan el alma del país. Danzas y canciones son el lenguaje a través de los cuales los pueblos expresan los más bellos ideales del hombre de la tierra. En ellas libran sus sueños, sus emociones y sus sentimientos.
Es labor que compete a los artistas contemporáneos recuperar ese caudal autóctono, para entregarlo a la comprensión y mayor valoración de las generaciones presentes. Conciente de esa responsabilidad y con la autoridad y le dan sus privilegiadas dotes del director, intérprete y compositor, Waldo de los Ríos integra con este nuevo aporte lo que, en definitiva, ha de convertirse en uno de los más valiosos compendios del folklore musical argentino.
El primer volumen de esta serie -“¿Bailamos folklore?”- contenía 14 danzas seleccionadas entre las más difundidas y la aceptación que merecieron en los círculos tradicionalistas, demostró con cuanto acierto había enfocado su labor Waldo de los Ríos. Cada una de la danzas interpretadas con su conjunto típico especial para baile, tuvo una cuidadosa elaboración desde el punto de vista de su música, matriz regional y principios coreográficos aspectos todos que conforman una ciencia inviolable.
En "¿Seguimos bailando folklore?", Waldo de los Ríos ha grabado 16 danzas típicas, repitiendo los mismos aciertos que le señalamos anteriormente. Su preocupación fundamental ha consistido en brindarlas al público en una forma tal que, amalgamando el sentido tradicional con la moderna técnica, proporcione el deleite de escuchar música argentina provista de todo su sabor típico y mediante interpretaciones con los mejores atributos de calidad y sonido.
Waldo de los Ríos posee la especial cualidad de dominar profundamente todos los aspectos: conoce el secreto de la orquestación y al mismo tiempo sabe de cómo llevar al disco una partitura con todo su caudal expresivo intacto. De ahí que el oyente podrá identificar a la que el más mínimo de los matices distintivos de un instrumento. Y aún aquí, cuando ha empleado un pequeño conjunto, las versiones adquieren, en mérito a ese exhaustivo aprovechamiento de cada uno de los elementos utilizados, consistencia sorprendente, riqueza tonal, y elocuente sobriedad.
Para lograr estos magníficos resultados ha vuelto a emplearse como en el primer volumen, la auténtica Alta Fidelidad Columbia, constituyendo este un aspecto nada desdeñable en el marco de valores que ofrece "¿Seguimos bailando folklore?".
Realza el atractivo de dos de las danzas contenidas en este volumen -"El llanto" y "El prado"-, la exquisita voz de Martha de los Ríos, nombre que por su sola mención, enuncia toda una garantía de calidad.
Completamos este comentario con una ligera referencia a las diferentes danzas que se escuchan en este disco:
LA JOTA CORDOBESA, que se escucha en primer término, fue publicada en 1951 y su autor, Marcos López, admite haberla compuesto sobre la base de melodías populares, mientras que sus formas coreográficas tienen idéntica medida que la jota criolla. Este, como otros bailes considerados tradicionales, es una variante de la Jota Española que luego, en su proceso de adaptación adquirió características propias del país de adopción. Se la ha calificado como danza de galanteo, de pareja suelta e independiente y de movimiento vivo.
EL LLANTO, calificada de la misma forma, se diferencia porque posee una parte lenta. En la ha sido llamada también "danza con mímica", debido a que durante el estribillo, los bailarines simulan llorar, llevándose el pañuelo a los ojos y moviéndose lentamente como bajo el peso de una pena. Tratando de aclarar el motivo de su denominación se ha dicho que El Llanto es una danza que mozos y mozas aprovechan para desahogarse de un agravio y desdén.
ZAMBA ALEGRE es una danza que combina ahí les dé otros dos bailes el primero de Zamba, lento y reconcentrado, y el segundo de Gato, vivo y alegre. Como consecuencia de ésta combinación, ofrece una línea rítmica de hermoso y llamativo contraste. Su origen no está plenamente aclarado, habiéndose cultivado en la región central del país, especialmente en Santiago del Estero, de donde procede la presente versión recopilada en 1926 por Andrés Chazarreta.
EL CARAMBA está incluida en la categoría de danza galante, en razón de que su coreografía representa una atrayente pantomima amorosa, caracterizada por sus giros, contra giros y medias vueltas, lo que le ha valido ser bautizada como "danza de los giros". Su ritmo es alegre y vivaz y su nombre obedece al hecho de que en su texto poético se repite insistentemente a modo de estribillo, la voz de "caramba". Andrés Beltrame recopiló esta versión.
EL ECUADOR desarrolla, como otras danzas, una representación de galanteo, distinguiéndose porque en algunos de sus movimientos, el caballero trata de deslumbrar a la dama con briosos zapateos. Su ritmo es en su mayor parte de vivo, pero incluye -como El Cuando y La Condición-, ciertos tramos aminuetados. Las pocas referencias que existen acerca de El Ecuador atestiguan que se bailaba a mediados del siglo pasado en Tucumán y en parte de Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja. La versión de Manuel Gómez Carrillo fue publicada en 1920.
LOS AMORES es una danza de pareja suelta e independiente, de movimiento vivo. Generalmente es bailada por dos parejas, esto es "en cuatro". Su coreografía, como en la mayor parte de nuestras danzas, desarrolla un motivo amoroso, en el que los caballeros garantías a las damas, paseando con ellas o persiguiéndolas a la que simbólicamente consiguen conquistarlas en la coronación final. Aunque sobre su origen no existen antecedentes muy precisos, se sabe que se bailó en la provincia de Buenos Aires donde a principios del presente siglo gozó de difusión.
LA CHACARERA tiene cierto parentesco con el gato, compartiendo con este y la zamba las preferencias de los cultores de las danzas vernáculas. No se sabe con exactitud desde cuando comenzó a ejecutarse, pero ya era conocida en la segunda mitad del siglo anterior. LA CHACARERA DOBLE se diferencia de la simple, en el aspecto coreográfico, en puntos muy fundamentales. Regla invariable de la "doble" es que a cada zapateo sigue un giro.
EL TRIUNFO, danza tan ágil como significativa, "trae -al decir de un tradicionalista- recuerdos de aquellos gauchos, valientes antepasados argentinos que sentían como lo sentimos aún hoy nosotros ese acrecentado amor a la independencia y a la libertad". Se bailó en la campaña de todas las provincias, aproximadamente desde 1825 hasta 1900. EL TRIUNFO Nº 365 pertenece a la nutrida producción de Carlos Vega.
EL BAILECITO tiene un remoto y algo confuso origen. En antiguos documentos aparece su nombre, pero resulta difícil saber si se emplea para designar esa danza en forma específica o en forma genérica para referirse a la totalidad de los bailes populares de Perú, Bolivia y la región norte de Argentina. En estos países se usaron los nombres de "bailecitos de la tierra” o simplemente "bailecitos” para distinguir todas las danzas de galanteo que el pueblo cultivaba. Igualmente se denominó “bailecito” al gato en varias provincias Argentina. EL TERRONCITO, bailecito Waldo de los Ríos, fue compuesto por este para la película "los dioses ajenos". En su rítmica así como en su forma melódica prevalecen en esta obra las características tradicionales, que su autor ha respetado, introduciéndole a su vez esa dinámica que es característica en la producción musical de Waldo de los Ríos.
LA ZAMBA es, entre todas las danzas tradicionales, la que ha conquistado las mayores preferencias de los cultores. "Extraordinaria danza que pinta la pasión amorosa y expresión de honda significación para los argentinos", al decir de un caracterizado tradicionalista, la zamba prácticamente no conoce limitación pues se la ha hallado en la mayor parte del país. Aparte del juego amoroso clásico, en el que el caballero asedia a la dama, siguiendo el ritmo gentil de la danza, hay un elemento que tiene fundamental significación dentro de su desarrollo. Digámoslo con palabras del eminente escritor Ricardo Rojas: "la nota de color danla aquí los pañuelos, ondeando siempre en lo alto, movidos por las manos de los amantes y como mecidos también ellos, por el aire voluptuoso que domina toda esta composición coreográfica". NOSTALGIAS SANTIAGUEÑAS, zamba de los Hermanos Abalos, está ya definitivamente incorporada al acervo nativo, como una manifestación de auténtica factura.
LA GAVOTA es una danza grave-viva, de estirpe europea, que combina aires de minué, gavota y vals. LA GAVOTA DE BUENOS AIRES está inspirada en ese antiguo baile, con algunas modificaciones coreográficas, realizadas con el exclusivo fin de agilizar sus formas.
LA CUECA despliega idéntico juego amoroso que la zamba aunque sus movimientos son más vivos. Como aquella y otras danzas similares, es una derivación de la antigua Zamacueca o Zamacueca peruana, que según el testimonio de Carlos Vega, surgió en Lima hacia 1824. PONGALE POR LAS HILERAS, cueca de Félix Dardo Palorma, está provista de todos los atributos distintivos de esta danza alegre e intencionada.
EL PRADO, como muchas otras danzas consideradas nuestras, nos llegó de España. Su nombre obedece a que sus coplas repiten la frase "vámonos al prado….", expresión que tiene su origen en una costumbre española: edad de ir al Prado madrileño del paseo. La danza es alegre y bulliciosa y su texto ha sido comparado con una fiesta de primavera en la campiña bonaerense donde tuvo su mayor auge desde mediados hasta fines de siglo pasado. La versión de Andrés Chazarreta fue publicada en 1923.
EL GATO, una de las danzas criollas más populares, comenzó a ser conocida alrededor de 1820 y su difusión prácticamente no conoce límites pues se ha bailado en todas las provincias argentinas. En un folleto publicado por Ventura R. Lynch dice: "creo que no existirá un gaucho que no sepa por lo menos rasgar un gato". Este testimonio no demuestra el arraigo que adquirió por sus características de danza ágil y alegre, particularmente cuando posee el ritmo y la dinámica que caracteriza a EL UTILITA, gato de los Hermanos Abrojos.
EL TUNANTE entra dentro de la categoría de danza de galanteo y aunque no hay suficiente documentación acerca de la misma, se sabe que su difusión fue mayor desde mediados hasta fines del siglo anterior, principalmente en el centro y noroeste de la república. La presente versión fue recopilada por Sergio Villar.
LA LORENCITA está caracterizada por el tono cortesano que le imprime el desplazamiento de los bailarines. Estos se intercambian saludos: ella con cierto recato, sin alentar demasiado las pretensiones del caballero, y este gracioso e intencionado, ofreciéndole delicadamente su corazón. Esta danza se bailó principalmente en Santiago del Estero y parte de Tucumán, a partir de 1860, aproximadamente. La versión de Andrés Chazarreta fue publicada en 1934.

RICARDO GASPARI

(La tapa de este disco reproduce una fotografía del conjunto "Celeste y Blanco", directores Mario y Amalia de García)

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Waldo de los Ríos
SEGUIMOS BAILANDO FOLKLORE?
Columbia 8135
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01. LA JOTA CORDOBES-jota-Marcos López
02. EL LLANTO-baile-A. Chazarreta-canta Martha de los Ríos
03. ZAMBA ALEGRE-zamba-A. Chazarreta
04. EL CARAMBA-baile-popular, recop. A. Beltrame
05. EL ECUADOR-danza-popular, recop. M. Gómez Carrillo
06. LOS AMORES-baile-A. Chazarreta
07. LA DOBLE-chacarera-A. Chazarreta
08. TRIUNFO Nº 365-danza-C. Vega
09. TERRONCITO-bailecito-W. de los Ríos-de la película "Los dioses ajenos"
10. NOSTALGIAS SANTIAGUEÑAS-zamba-Hnos. Abalos
11. GAVOTA DE BUENOS AIRES-danza-popular
12. PONGALE POR LAS HILERAS-cueca-Felix Dardo Palorma
13. EL PRADO-baile pampeano-recop. A. Chazarreta-canta Martha de los Ríos
14. EL UTILITA-gato-Hnos. Abrodos
15. EL TUNANTE-danza-popular, recop. Sergio Villar
16. LA LORENCITA-danza-recop. A. Chazarreta
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Aporte de Modesto

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